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Ocho estrategias contra las agresiones sexuales
Texto cortesía de Escuela de Protección Personal

Uno de los escenarios de riesgo más traumatizantes y con mayor daño físico y psicológico es sin duda la agresión sexual. Sobre este tema se tejen muchos mitos y es poca la información fiable que le permita a alguien tener una idea de cómo actuar frente a este tipo de agresor. Sin embargo, existen algunas estrategias que se pueden aplicar.

Una de las razones por las que esta información aparece tan dispersa y a veces contradictoria es porque no existe una sola tipología de agresor sexual. El agresor - o violador en este caso - responde a distintos perfiles que determinarán sus motivaciones, uso de la fuerza y estrategias a emplear para el control de la víctima.

Pero antes de entrar en materia es necesario aclarar algunas tergiversasiones sobre este tema:

Las mujeres bonitas y que se visten de manera provocativa son las que más violan

Falso. La apariencia física (belleza/edad) no influye en la selección de la víctima. Respecto a esta característica, las víctimas pueden ser seleccionadas bien sea porque encajan en algún perfil atractivo al violador (mujeres ejecutivas, estudiantes, deportistas, etc.), o porque de alguna manera representan aquello que la persona necesita agredir. Se ha reportado casos de mujeres mayores de 80 años que han sufrido esta clase de agresión.

De hecho, en esta clase de agresión el componente sexual es un elemento de subyugación de la víctima, una manera de expresar poder en la cual se "erotiza" la violencia pero que poco o nada tiene que ver con el atractivo físico.

En otros casos, la violación es consecuencia de hechos anteriores (atracos con violencia, ingesta de drogas y alcohol, etc.) o porque se presentó la ocasión propicia para el acto. En estos momentos la víctima estaba en el lugar y momento equivocado.

El que la mujer sea atractiva, tenga el pelo largo o se vista de determinada forma no influye en esta clase de agresión. Pensar que de alguna manera la persona hizo algo para ser atractiva al violador no sólo es retardatario sino que nada aporta al proceso de recuperación.

La mayoría de las veces los violadores son personas extrañas a nuestro entorno

Falso. De hecho, más del 80% de las violaciones la ejecuta alguien cercano a la persona. Bien sea de su círculo más íntimo (familia, amigos cercanosÊo exparejas) o alguien que se acaba de conocer (encuentros sociales, trabajo, etc.).

Frente a una violación lo mejor es quedarse quieta

Esto no siempre es así y depende de qué papel juega la violencia física (entiéndase golpes) en la agresión. Algunos agresores utilizan la violencia como un medio para controlar a la víctima, en este caso la violencia es instrumental y dependerá del grado de resistencia de la persona. Sin embargo, en otros casos la violencia no es un medio sino un fin en sí misma. Aquí, golpear es parte del placer que siente el agresor y frente a ésto el quedarse quieta podría no aportar mucho a la protección de su vida.

Ocho estrategias

Es necesario entender que frente a este escenario siempre se hace lo mejor que se pudo hacer y que de nada vale criticarse por aquello que pudo haberse hecho. Aunque no existe un plan único que sirva para cada caso de agresión sexual, nosotros recomendamos ocho estrategias básicas (algunas excluyentes entre ellas y otras complementarias) que pueden influir en el desenlace una vez que estamos frente a este escenario y no pudo prevenirse:

Expresar desconfianza: si siente que es seguida o está frente a alguien que le genere desconfianza no tema manifestarla. Huya del lugar, llame la atención y haga todo lo posible por dejarle claro a esa persona que no es de su agrado y que usted no es una víctima.

Decir NO: Reconozca el valor de la palabra NO y aprenda a decirla con seguridad y firmeza. De igual forma, es importante tener claro que aquél que ignora los NO ya de por sí tiene una actitud que puede considerarse sospechosa.

Utilice su lenguaje corporal para expresar desconfianza: Mantenga la distancia de la persona, haga contacto visual y muéstrese segura frente al otro.

Lenguaje verbal agresivo: Gritar, amenazar y utilizar lenguaje intimidante puede hacer desistir a un agresor y de hecho se considera una de las estrategias más efectivas.

Movilizar culpa (lenguaje verbal manipulativo): hay algunos casos en los cuales movilizar la culpa del agresor pude hacerlo desistir. Esto aplica sobre todo a aquellas situaciones en las cuales la agresión sexual no era el plan inicial sino más bien una consecuencia de otro acto.

Lenguaje verbal racional: Básicamente tratar de negociar para ganar tiempo, generar rapport o disminuir el nivel de violencia.

Utilizar el entorno a favor: huir hacia lugares donde haya otras personas, correr en direcciones donde sea difícil la persecución, atravesar objetos que obstaculicen el paso.

Defenderse: La defensa contra esta clase de agresiones debe ser aprendida para que pueda ser realmente efectiva, dado que por lo general el agresor tendrá superioridad física o material. En estos casos, toda acción defensiva tiene por objetivo zafarze del agresor para poder huir. Para ello lo recomendable es atacar puntos vulnerables: ojos, cuello, genitales y nariz con manos, piernas, dientes o cualquier objeto disponible.

Una más... Solicitar ayuda profesional: Siempre que se sufra esta clase de agresión es necesaria la asistencia profesional para ayudar a la víctima a asimilar el daño. Es importante recordar que la agresión no sólo es física sino también psicológica y tiende a desarrollarse lo que se llama "Síndrome de Estrés Postraumático".


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